Los hombres se preocupan menos por su peso corporal que las féminas y hacen pocos intentos para adelgazar. Ellas recurren a fuentes poco fiables y se dejan llevar por mitos falsos en este tema
ALEJANDRA RODRÍGUEZ
Muchas mujeres cuyo peso es correcto quieren adelgazar. / Digital Bank
Las mujeres siguen siendo las 'guardianas' de la salud de toda la familia. Se informan más sobre estos temas y entablan una relación con el médico más fluida y habitual que los varones. En materia de alimentación, ellas son las que con mayor frecuencia se ocupan de hacer la compra, diseñar los menús del hogar y de preparar lo que comen sus miembros. Sin embargo, cuando se trata de controlar el peso y de deshacerse de los kilos sobrantes, ellas resultan ser alumnas poco aventajadas.
Esta es una de las principales conclusiones que se extraen del trabajo 'Preocupaciones, percepciones y hábitos en relación con el control de peso corporal en diversas poblaciones españolas', un estudio contenido en el libro 'Nutrición en la población femenina: desde la infancia a la edad avanzada', dirigido por la doctora Rosa María Ortega, profesora titular del Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, presentado esta semana.
ADVERTENCIA
A pesar de que el exceso de peso y la obesidad son factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y degenerativas, lo cierto es que la salud no parece ser la razón primordial por la que las féminas deciden mantener la báscula a raya.
Según la investigación -realizada en cinco grandes ciudades con mujeres de entre 18 y 50 años-, las españolas suelen anteponer motivos estéticos para adelgazar, incluso cuando su peso se encuentra dentro de los márgenes adecuados. No así los varones, que miran más la relación del peso con la salud.
Por ello, los autores lanzan un mensaje de alerta, ya que esta conducta eleva las probabilidades de desarrollar trastornos de la alimentación, como la anorexia o la bulimia. Por otro lado, a la hora de emprender una dieta de adelgazamiento, las féminas no siempre se guían por la fuente más idónea. Si bien es frecuente la consulta con un médico o un nutricionista, el trabajo ha detectado que ellas caen con frecuencia en la trampa de informarse a través de revistas de moda o de amigas.
Asimismo, en la población femenina persisten creencias erróneas que condicionan su alimentación a la hora de perder peso. Así, y aunque saben que se debe limitar el consumo de grasas y fritos, aumentar el de verdura y fruta o evitar el picoteo también piensan que los hidratos de carbono son sus enemigos 'número' 'uno' (cuando en realidad deben integrar entre el 55% y el 60% del aporte energético diario), que el pan es más peligroso que la bollería, que todas las grasas son igualmente perjudiciales o que disociando alimentos adelgazarán más deprisa.
Por su parte, mientras que los hombres apenas caen en la tentación de seguir las llamadas 'dietas' 'milagro', un porcentaje muy elevado de las mujeres que alguna vez han pretendido deshacerse de unos kilos ha probado estos regímenes (Atkins, dieta de la sopa, del pomelo, de la piña, de los colores, de los siete días, de sirope de arce...).
De esta manera, ellas son las que más atención deberían prestar a las pautas que proponen los autores de la investigación a la hora de controlar el peso de forma saludable. Así, insisten en que cualquier medida para adelgazar debe reducir la masa grasa del individuo, no la muscular ni la porción de agua corporal. Debe ser efectiva a medio y largo plazo y no causar pérdidas de peso bruscas y excesivas (no más de tres kilos por semana).
La dieta debe ser equilibrada y variada, con preferencia de la grasa no saturada, las carnes magras y con abundancia de pescado, legumbres, huevos, cereales, frutas y verduras. La bebida de elección debe ser el agua y la forma de cocinar al vapor, al horno, cocido o a la plancha. Conviene optar por las variedades desnatadas, comer despacio y masticar bien.
Fuente:
El Mundo
27 de Junio de 2007
http://www.elmundo.es/suplementos/salud/2007/716/1183154406.html
No olvides visitar,
http://www.tempodirelax.com.mx
ALEJANDRA RODRÍGUEZ
Muchas mujeres cuyo peso es correcto quieren adelgazar. / Digital Bank
Las mujeres siguen siendo las 'guardianas' de la salud de toda la familia. Se informan más sobre estos temas y entablan una relación con el médico más fluida y habitual que los varones. En materia de alimentación, ellas son las que con mayor frecuencia se ocupan de hacer la compra, diseñar los menús del hogar y de preparar lo que comen sus miembros. Sin embargo, cuando se trata de controlar el peso y de deshacerse de los kilos sobrantes, ellas resultan ser alumnas poco aventajadas.
Esta es una de las principales conclusiones que se extraen del trabajo 'Preocupaciones, percepciones y hábitos en relación con el control de peso corporal en diversas poblaciones españolas', un estudio contenido en el libro 'Nutrición en la población femenina: desde la infancia a la edad avanzada', dirigido por la doctora Rosa María Ortega, profesora titular del Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, presentado esta semana.
ADVERTENCIA
A pesar de que el exceso de peso y la obesidad son factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y degenerativas, lo cierto es que la salud no parece ser la razón primordial por la que las féminas deciden mantener la báscula a raya.
Según la investigación -realizada en cinco grandes ciudades con mujeres de entre 18 y 50 años-, las españolas suelen anteponer motivos estéticos para adelgazar, incluso cuando su peso se encuentra dentro de los márgenes adecuados. No así los varones, que miran más la relación del peso con la salud.
Por ello, los autores lanzan un mensaje de alerta, ya que esta conducta eleva las probabilidades de desarrollar trastornos de la alimentación, como la anorexia o la bulimia. Por otro lado, a la hora de emprender una dieta de adelgazamiento, las féminas no siempre se guían por la fuente más idónea. Si bien es frecuente la consulta con un médico o un nutricionista, el trabajo ha detectado que ellas caen con frecuencia en la trampa de informarse a través de revistas de moda o de amigas.
Asimismo, en la población femenina persisten creencias erróneas que condicionan su alimentación a la hora de perder peso. Así, y aunque saben que se debe limitar el consumo de grasas y fritos, aumentar el de verdura y fruta o evitar el picoteo también piensan que los hidratos de carbono son sus enemigos 'número' 'uno' (cuando en realidad deben integrar entre el 55% y el 60% del aporte energético diario), que el pan es más peligroso que la bollería, que todas las grasas son igualmente perjudiciales o que disociando alimentos adelgazarán más deprisa.
Por su parte, mientras que los hombres apenas caen en la tentación de seguir las llamadas 'dietas' 'milagro', un porcentaje muy elevado de las mujeres que alguna vez han pretendido deshacerse de unos kilos ha probado estos regímenes (Atkins, dieta de la sopa, del pomelo, de la piña, de los colores, de los siete días, de sirope de arce...).
De esta manera, ellas son las que más atención deberían prestar a las pautas que proponen los autores de la investigación a la hora de controlar el peso de forma saludable. Así, insisten en que cualquier medida para adelgazar debe reducir la masa grasa del individuo, no la muscular ni la porción de agua corporal. Debe ser efectiva a medio y largo plazo y no causar pérdidas de peso bruscas y excesivas (no más de tres kilos por semana).
La dieta debe ser equilibrada y variada, con preferencia de la grasa no saturada, las carnes magras y con abundancia de pescado, legumbres, huevos, cereales, frutas y verduras. La bebida de elección debe ser el agua y la forma de cocinar al vapor, al horno, cocido o a la plancha. Conviene optar por las variedades desnatadas, comer despacio y masticar bien.
Fuente:
El Mundo
27 de Junio de 2007
http://www.elmundo.es/suplementos/salud/2007/716/1183154406.html
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